Una vez más alquilamos un taxi por un día entero y fuimos a Baños, pero antes pasamos por la estación de tren de Riobamba para comprar los billetes del famoso trayecto que nos llevaría al día siguiente a la legendaria “Nariz del Diablo”. Es importante sacarlos el día antes porqué si no te quedas sin billetes.
Fundada hace más de 50 años, Baños es un pueblecito precioso de los Andes cerrado por altas montañas por todos los lados. Situado al pie del al pie del Volcán Tungurahua (lengua de fuego en quechua) últimamente con bastante actividad, pueblo entre brumas y con la una larga cascada (cascada de la Virgen del Agua Santa) que baja al pueblo desde lo alto de una de las montañas.
Destaca nada más llegar su preciosa arquitectura de estilo colonial, en la plaza central se ubica la Basílica del Agua Santa de da un realce majestuoso al pueblo.
Baños es el centro neurálgico para realizar actividades en la naturaleza como rafting, kayak, descenso de cañones, escalada en roca, puenting, paseos a caballo, senderismo, ciclismo de montaña, andinismo, camping, parapente.
Entre otros posee cinco balnearios municipales con aguas minerales y sulfurosas que van desde las frías de 18 ° C, hasta las hirvientes de 55°C de temperatura. Todas ellas emergen de las entrañas y los deshielos del Volcán.
Nosotros dedicamos el día a hacer algún trekking por sus aledaños y cuando nos cansamos anduvimos por el pueblo y nos dedicamos a conversar con unos y otros lugareños. Vimos como hacían zumo artesanalmente de las cañas de azúcar en plena calle con un curioso aparato triturador.
Miguel, Pablo y Hugo corretearon por las calles, a ratos mojadas y otras veces secas por el sol. Comimos en una pizzería del centro del pueblo y vimos como Hugo caía dormido después de llenar el buche. Caminando por el pueblo mientras el peque dormía en su carro, pudimos observar el gran ambiente de baños, con gran cantidad de extranjeros, no solo de visita si no instalados allí y regentando algunos establecimientos. A media tarde volvimos al Troje ya que al día siguiente tocaba madrugón para ir a la “Nariz del Diablo”
Fundada hace más de 50 años, Baños es un pueblecito precioso de los Andes cerrado por altas montañas por todos los lados. Situado al pie del al pie del Volcán Tungurahua (lengua de fuego en quechua) últimamente con bastante actividad, pueblo entre brumas y con la una larga cascada (cascada de la Virgen del Agua Santa) que baja al pueblo desde lo alto de una de las montañas.
Destaca nada más llegar su preciosa arquitectura de estilo colonial, en la plaza central se ubica la Basílica del Agua Santa de da un realce majestuoso al pueblo.
Baños es el centro neurálgico para realizar actividades en la naturaleza como rafting, kayak, descenso de cañones, escalada en roca, puenting, paseos a caballo, senderismo, ciclismo de montaña, andinismo, camping, parapente.
Entre otros posee cinco balnearios municipales con aguas minerales y sulfurosas que van desde las frías de 18 ° C, hasta las hirvientes de 55°C de temperatura. Todas ellas emergen de las entrañas y los deshielos del Volcán.
Nosotros dedicamos el día a hacer algún trekking por sus aledaños y cuando nos cansamos anduvimos por el pueblo y nos dedicamos a conversar con unos y otros lugareños. Vimos como hacían zumo artesanalmente de las cañas de azúcar en plena calle con un curioso aparato triturador.
Miguel, Pablo y Hugo corretearon por las calles, a ratos mojadas y otras veces secas por el sol. Comimos en una pizzería del centro del pueblo y vimos como Hugo caía dormido después de llenar el buche. Caminando por el pueblo mientras el peque dormía en su carro, pudimos observar el gran ambiente de baños, con gran cantidad de extranjeros, no solo de visita si no instalados allí y regentando algunos establecimientos. A media tarde volvimos al Troje ya que al día siguiente tocaba madrugón para ir a la “Nariz del Diablo”
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